El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, promulgó el viernes 18 de julio la llamada GENIUS Act, la primera ley federal importante de este país que regula las stablecoins o monedas estables.
Aprobada por una mayoría bipartidista en el Congreso norteamericano, la legislación impulsó de inmediato la confianza en el mercado de las monedas digitales: el valor total de los criptoactivos superó los 4 billones de dólares estadounidenses, según CoinGecko.
A diferencia de las criptomonedas volátiles como el bitcoin, las stablecoins están diseñadas para mantener su valor al estar vinculadas 1:1 a un activo estable, generalmente al dólar estadounidense. Por cada moneda estable en circulación, se espera que la empresa emisora mantenga reservas equivalentes, como efectivo o bonos del Tesoro a corto plazo.
Según un informe de la organización norteamericana sin fines de lucro Brookings Institution, las stablecoins actualmente en circulación tienen una capitalización de mercado colectiva de más de 250 000 millones de dólares, con aproximadamente el 99 % vinculado al USD.
Entre los principales emisores de monedas estables se encuentran Tether (USDT), con una capitalización de mercado cercana a los 161 000 millones de dólares, y Circle (USDC), con cerca de 65 000 millones de dólares, de acuerdo con datos de CoinMarketCap.
Con la aprobación de la GENIUS Act, bancos, entidades no bancarias y cooperativas de crédito podrían entrar en el mercado emitiendo sus propias monedas estables, según informaron medios locales.
Ventajas y desventajas de las monedas estables
Las stablecoins surgieron en 2014 y desde entonces han crecido enormemente en popularidad, especialmente por su potencial en el uso en pagos digitales ya que podrían permitir a empresas y consumidores liquidar pagos casi de inmediato a diferencia del sistema actual, que tiene mayores controles.
En algunos países en desarrollo, en los que el dólar no es fácilmente accesible, las empresas con socios internacionales recurren a las monedas estables para agilizar las transferencias que, de otro modo, tardarían días o semanas en los bancos tradicionales.
Sin embargo, las monedas estables conllevan crecientes preocupaciones. Entre las mayores se encuentran los riesgos de desvinculación. Si los activos de reserva pierden valor o liquidez, las stablecoins podrían romper su paridad, lo que provocaría pérdidas comerciales o riesgos sistémicos de mercado para la insolvencia y la liquidez.
Otra preocupación gira en torno al posible uso de las monedas estables por parte de actores ilícitos, como narcotraficantes y estafadores, ya que el anonimato y la naturaleza descentralizada de las stablecoins podrían facilitar el lavado de dinero y otras transacciones ilegales.
Consideraciones finales sobre la ley Stablecoins de Estados Unidos
La GENIUS Act se alinea con la promesa de Trump de convertir a EEUU en «la capital mundial de las criptomonedas». Sin embargo, un punto de controversia en esta legislación es si se restringirá la capacidad del presidente y otros políticos federales para emitir monedas estables, y cómo hacerlo, según un comentario de Brookings Institution.
Los críticos también se preocupan por las consecuencias macroeconómicas imprevistas que se derivan de la ley de stablecoins de Estados Unidos. The Economist advirtió que si los consumidores transfieren fondos de depósitos bancarios a monedas estables, los bancos podrían perder fuentes de financiación clave, lo que limitaría su capacidad de préstamo.
También, si las monedas estables se popularizan a escala global, los esfuerzos para expandir su uso en el extranjero podrían tener consecuencias negativas para la economía de EEUU debido a que se fortalecería el dólar, pero a costa de las exportaciones y los objetivos comerciales de este país.
Información de Xinhua y otras fuentes / Redacción El Financiero
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