La desinformación, también conocida como fake news o noticias falsas, representa un problema para la actualidad financiera, así como para los mercados. Un estudio de finales del año pasado descubrió cómo se utiliza información engañosa para manipular los precios de las acciones, causando graves perjuicios a los inversores.
El estudio, publicado en diciembre de 2024 en una revista académica de contabilidad y economía, reveló que la desinformación financiera ha ido en aumento, especialmente en los años posteriores a las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos.
Según Austin Moss, profesor adjunto de contabilidad en la Leeds School of Business y coautor del estudio, las ‘noticias falsas’ en el mercado de valores suelen estar diseñadas para engañar a los inversores sobre el valor real de las acciones de una empresa.
“Sin pruebas ni hechos, (los autores de noticias falsas) a menudo alegan que una empresa está cometiendo fraude o falsificando ganancias”, afirmó.
Moss y la coautora Betty Liu, profesora adjunta de contabilidad en la Kelley School of Business de la Universidad de Indiana, destacaron un ejemplo en el estudio sobre la inmobiliaria Farmland Partners.
En 2018, una sola nota falsa que afirmaba que el 310 % de las ganancias de la compañía del año anterior eran fraudulentas provocó que el precio de las acciones cayera más del 40 % en un solo día, perdiendo decenas de millones de dólares en valor de mercado.
“Estas historias engañosas tienen un impacto real”, afirmó Moss. “La desinformación financiera puede manipular los precios de las acciones, generando volatilidad a corto plazo y erosionando la confianza de los inversores a largo plazo”.
¿Cómo la desinformación financiera influye en los mercados?
Moss sugiere que, en el vertiginoso mundo de los mercados financieros, la velocidad es clave. «Los inversores suelen estar tan ansiosos por reaccionar a la información antes que nadie que no (se toman el trabajo de) verificarla», afirmó. «Esa prisa por actuar lleva a que las afirmaciones falsas tengan un impacto real e inmediato en los precios de las acciones».
El estudio encontró que las empresas con informes financieros menos transparentes son más vulnerables a la manipulación.
«Los autores de noticias falsas eligen empresas difíciles de entender», afirmó Moss. «Las empresas que ofrecen menos orientación prospectiva y tienen estados financieros más complejos son blancos fáciles».
Los investigadores examinaron el momento de publicación de desinformación financiera en relación con los anuncios de resultados. Descubrieron que quienes publican fake news tienden a publicar más artículos en los días previos a la publicación de los resultados trimestrales, aprovechando la mayor atención que rodea a estos anuncios.
Pero una vez publicado el informe de resultados, estas noticias falsas pierden su poder, ya que los datos recientes y fiables toman el relevo.
Detalles del estudio sobre las noticias falsas en los mercados financieros
Al analizar el contenido de 125 475 artículos financieros de colaboración colectiva de plataformas como Seeking Alpha, los investigadores descubrieron que el 57 % de los artículos falsos abordaban temas relacionados con la contabilidad. En comparación con los artículos auténticos, el 88 % se centraba en la contabilidad.
Esto sugiere que, si bien la desinformación financiera a menudo busca explotar detalles contables, es menos probable que esté cargada de información o basada en datos verificables.
Incentivos para difundir desinformación financiera
Los autores malintencionados difunden desinformación financiera por diversas razones: algunos buscan manipular los mercados para obtener ganancias a corto plazo, de forma similar a las clásicas estafas de bombeo y descarga (pump and dump scam).
Por ejemplo, en el caso de Farmland Partners, los autores del reporte desinformativo habían tomado posiciones cortas antes de la publicación del artículo, apostando a que el precio de las acciones caería.
Otros crean contenido para plataformas en línea que recompensan los clics y las visualizaciones, aprovechando los titulares sensacionalistas, y otros lo hacen por motivos ideológicos.
Los autores a menudo se esconden tras perfiles anónimos, añadió, «por lo que el costo reputacional de producir estas noticias falsas es prácticamente nulo o mínimo, ya que nadie puede averiguar fácilmente quién es esta persona».
¿Cómo mitigar este problema?
Los investigadores sugieren que las empresas se centren en aumentar la transparencia, ofrecer una orientación más clara y garantizar que sus estados financieros sean fácilmente accesibles y comprensibles.
Para los inversores individuales, Moss recomienda precaución y verificación.
“Si ves una afirmación que parece demasiado descabellada para ser cierta, como un aumento poco realista en las ganancias o una acusación descabellada sobre una empresa, revisa los estados financieros de la empresa”, sugirió. “Al comparar estos informes con las afirmaciones, los inversores pueden identificar discrepancias y evitar caer en noticias falsas”.
También advirtió que el período previo al anuncio de ganancias es particularmente arriesgado.
“En los tres o cuatro días previos al anuncio de ganancias, es cuando es más probable que se difundan las noticias falsas”, advirtió Moss.
Por último, los autores recomiendan tener cuidado con las publicaciones o sitios web que recurren a la colaboración abierta para publicar sus artículos. Estos se identifican porque en el menú principal suelen tener la opción “Write for Us” (Escribe para nosotros).
Finalmente, siempre es pertinente tener en cuenta que el escepticismo es una de las mejores defensas que tienen los inversores contra la manipulación de los precios de las acciones mediante la desinformación financiera.
Información de CU Boulder / Redacción El Financiero
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