La economía mundial podría enfrentarse a una década de crecimiento lento si la turbulencia actual continúa, advirtió el martes el director del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), Borge Brende, destacando lo que describió como “el contexto geopolítico y geoeconómico más complejo de los últimos tiempos”.
En declaraciones previas a la reunión anual de verano del WEF en Tianjin, China, Brende declaró a AFP que la inestabilidad actual afecta negativamente la producción mundial.
«Si no logramos reactivar el crecimiento, lamentablemente podríamos presenciar una década de menor crecimiento», afirmó.
Los conflictos globales y las tensiones comerciales cobran fuerza
La cumbre, conocida como el «Davos de Verano», se celebra en la ciudad portuaria de Tianjin en un momento en que la cooperación comercial y económica mundial sigue bajo tensión.
El reciente estallido de tensiones entre Irán e Israel y los meses de perturbaciones causadas por la guerra arancelaria iniciada por el presidente estadounidense Donald Trump han aumentado la presión sobre los ya frágiles mercados globales.
Aunque Trump pospuso la imposición de aranceles radicales hasta julio y mantuvo conversaciones para aliviar el impacto de las tensiones comerciales bilaterales, en particular con China y la UE, estas medidas aún representan un riesgo importante para el comercio mundial al impulsar políticas proteccionistas, que a su vez agravan las ya elevadas presiones inflacionarias y las frágiles perspectivas económicas tras las consecuencias de la COVID-19.
Recientemente, tanto el Banco Mundial como el FMI revisaron a la baja sus previsiones de crecimiento de la economía mundial. El BM prevé ahora que el producto interior bruto (PIB) mundial crezca un 2,3 % este año, frente a su proyección anterior del 2,7 %.
El papel de China sigue siendo crucial
La trayectoria económica de China también es un tema importante en la reunión del WEF de este año. Brende enfatizó la importancia del país, pronosticando que el gigante asiático contribuirá con casi el 30 % del crecimiento de la economía mundial en 2025.
A pesar de los desafíos actuales, incluyendo una prolongada crisis inmobiliaria y un consumo interno débil, las autoridades chinas han implementado una serie de medidas de apoyo, como recortes en los tipos de interés y la eliminación de las restricciones a la compra de vivienda.
Las autoridades también apuestan por sectores emergentes como los servicios digitales y la inteligencia artificial (IA) para impulsar la expansión futura.
Sin embargo, Brende expresó un optimismo cauteloso, señalando que China está reorientando su economía hacia el consumo interno y las tecnologías avanzadas.
La innovación podría ocupar el lugar que ten el comercio
De cara al futuro, Brende afirmó que la IA y otras tecnologías disruptivas podrían asumir el papel que antaño desempeñó el comercio mundial en el impulso del crecimiento.
Si bien enfatizó que el comercio seguirá siendo «muy importante», Brende afirmó que la innovación podría ofrecer el impulso a la productividad necesario para «evitar una década de crecimiento lento».
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