La suspensión del acuerdo energético entre Venezuela y Trinidad y Tobago marca un giro inesperado en los planes de desarrollo gasífero de ambos países.
Además, amenaza con frenar uno de los proyectos de cooperación transfronteriza más relevantes del Caribe.
El experto petrolero, Carlos Mendoza Potellá, advirtió que la decisión afectará tanto a Venezuela como a Trinidad y Tobago.
Principalmente porque se paralizan proyectos conjuntos que representaban una oportunidad para explotar y comercializar reservas de gas compartidas en la región.
Acuerdo gasífero entre Venezuela y Trinidad
Al respecto, Mendoza Potellá, detalló que el impacto más inmediato será la pérdida de ingresos potenciales derivados del campo Dragón, ubicado en aguas venezolanas, que estaba destinado a abastecer las instalaciones trinitarias de gas natural licuado (GNL).
Mientras que para Trinidad y Tobago, la suspensión del acuerdo supone un golpe importante a su industria gasífera, que en los últimos años ha sufrido una marcada caída de producción por el agotamiento de sus yacimientos.
Ambos países pierden
En el caso venezolano, la decisión complica aún más los intentos por reactivar la producción de gas y diversificar las fuentes de ingreso en medio de sanciones internacionales y falta de inversión extranjera.
Actualmente, el yacimiento Perla, operado junto a Repsol y Eni en el bloque Cardón IV, es el único proyecto activo de magnitud.
En palabras de Mendoza Potellá, el balance es que “ambos países pierden. Venezuela pierde una oportunidad de exportar gas y generar ingresos; Trinidad, una fuente de suministro que necesitaba con urgencia”.
Información de Finanzas Digitales – Redacción El Financiero
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